"La angustia se manifiesta (...) como el signo de un exceso, de un demasiado lleno en el que vive el sujeto de nuestro tiempo, inundado por la serie de objetos propuestos a su deseo. Es el signo de que hace falta un poco de vacío"
Miquel Bassols en su artículo de La Vanguardia del mes de noviembre pasado: La epidemia silenciosa".
(N. del B.): ¡Gracias, Teo!